Uno de los principales problemas a la hora de adquirir un vehículo eléctrico es la falta de puntos de recarga que existe en determinadas regiones y que limita el uso del mismo a las zonas que cuentan con ellos. Su implantación supondría un desahogo para los propietarios, a la vez que ayudaría a las grandes ciudades a fomentar el uso de este tipo de propulsión más ecológica.

En esta línea se ha movido la capital del Reino Unido, Londres, con una brillante idea que ahorrará grandes sumas de dinero y evitará la necesidad de aparatosas obras que supondría la instalación de múltiples tomas de recarga. Básicamente, lo que han pensado es en convertir decenas de farolas públicas en puntos de recarga para coches eléctricos, aprovechando una infraestructura ya creada y con un coste por instalación que apenas supera los 1.000 euros.

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Tras un periodo de pruebas, la compañía a cargo de este trabajo ha confirmado que en las próximas semanas terminará la instalación de todos los puntos programados para esta primera fase. Hablamos de un total de 57 farolas repartidas por los barrios de Chelsea y Kensington, situadas cerca de las máquinas que regulan el estacionamiento, y que estarán disponibles los 7 días de la semana las 24 horas del día.

Para poder utilizar el sistema los usuarios deberán darse de alta en el servicio ofrecido por la compañía eléctrica, además de comprar un cargador portátil cuya potencia es de 4.6 kW y su intensidad de 20 amperios. Dicho aparato cuenta con un contador que mide la electricidad que consumimos, de tal forma que a final de mes la empresa eléctrica enviará la factura al domicilio.

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Por otro lado, para aquellos que no quieran utilizar este sistema habrá dos opciones distintas; la primera, comprar un cable de recarga con medidor por 226 euros y pagar una cuota de 9 euros al mes y un coste de 17 céntimos por kWh. La segunda, adquirir el mismo cable por 340 euros y pagar el kWh a 21 céntimos (sin cuota mensual). Así mismo, cada sesión de carga tendrá un coste añadido de 1.1 euro, y una penalización idéntica si el consumidor deja el coche conectado durante más de 24 horas.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta