Mirando estas imágenes cuesta hacerse a la idea de que estamos ante un Kia, pero es así. Estamos más que acostumbrados a coche pequeños firmados por la casa coreana y lo más grande que hemos llegado a ver con su insignia es el nuevo Kia Telluride. Por eso es sorprendente ver este “Humvee coreano” obra del fabricante asiático.
Su nombre es Kia Light Tactical Vehicle y esta es nada menos que la tercera generación ya de este vehículo creado especialmente para el ejercito coreano. Un modelo además muy versátil porque cuenta con una plataforma modular que permite ofrecer distintas versiones del mismo para transporte de cargamento con una capacidad de hasta 7 toneladas o de tropas con 4 plazas en la variante de batalla corta y 8 en la más larga. Y por supuesto puede venir blindado, con critales antibalas y placas de acero para protegerlo contra impactos y disparos.
Esta última opción tampoco renuncia unas buenas capacidades off-road gracias a su sistema de tracción a las cuatro ruedas, con una capacidad de vadeo de hasta 76 centímetros y pendientes de hasta el 60 %. Tampoco falta un cabestrante para remolcar vehículos e incluso un sistema de inflado automático de los neumáticos que se puede activar desde dentro. Y ante cualquier imprevisto los neumáticos son run-flat por lo que el vehículo puede seguir adelante sin problemas.
Donde no hay mucha variedad es bajo el capó donde todas las versiones albergan un motor turbodiésel de 225 CV y 500 Nm asociado a un cambio automático de ocho velocidades. Así dadas las dimensiones y peso del estos vehículos su velocidad máxima se queda en 130 km/h y ofrece una autonomía de unos 600 km aproximadamente.
Así que aquí tenemos otra alternativa al Humvee americano procedente de Corea del Sur, similar a las propuestas como nuestro URO VAMTAC, el italiano Iveco LMV, el Toyota Mega Cruiser japonés o el GAZ Tigr ruso.
Especializado en el mundo del motor, la competición y la tecnología, Antonio Ramos Ochoa es redactor de Car and Driver. Se comenta que antes de bajarse del carro ya iba diciendo el nombre de los coches que iba viendo por la calle. Unos cuantos años después sigue hablando de una de sus pasiones aquí. Aficionado al Motorsport, el cine, videojuegos y la historia, incluso se desfoga de vez en cuando al volante de un kart o un simulador.