Ya hay una fecha fijada para un mayor endurecimiento en el control de las pruebas de emisiones contaminantes.

Efectivamente desde AECA, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles se quiere dotar a la UE de un sistema de control de las emisiones de los vehículos más rigurosa, según informa la agencia Efe.

Concretamente se trata de buscar un sistema riguroso pero cuya homologación no suponga un gran trámite administrativo, con el fin de agilizar todo el proceso.

En cuanto a los plazos de aplicación de esta nueva normativa se producirá a partir de septiembre de 2020. Con elo se quiere evitar que se vuelvan a repetir las irregularidades producidas con el Dieselgate que tuvo lugar en septiembre de 2015.

Este acuerdo aún debe ser aprobado por los estados miembros de la UE y por la Eurocámara.

Esta nueva normativa supondrá un endurecimiento de los controles a los vehículos, tanto antes de ser homologados como una vez en circulación. Además se exige un control permanente de los organismos que realizan estos controles. Concretamente deberán ser auditivos de forma periódica y por una entidad independiente.

Se trata de buscar un sistema de control cuya aplicación no suponga un gran trámite administrativo.

Estas pruebas se realizarán a un vehículo al azar por cada 40.000 unidades que circulan por las carreteras y además la propia Comisión Europea podrá multar con 30.000 euros al fabricante o al centro de pruebas por cada coche que no cumpla la normativa. Esto supone una novedad dado que hasta ahora las autoridades comunitarias solo pueden sancionar a los Estados miembros y estos a los fabricantes, según la normativa concreta de cada país.

Además los fabricantes deberán facilitar a las autoridades, si así lo solicitan los protocolos informáticos de los vehículos.