Hay quien dice que la fama y el dinero no cambian a las personas, sino que simplemente magnifican lo que ya existía en un principio. También se cuenta que los vehículos dicen mucho de su propietario. Todo ello son suposiciones sin base científica, o quizás no.

Un reciente estudio realizado por varios psicólogos de la Universidad de California, Berkeley, dice que las personas más adineradas suelen ser más groseras y egoístas con el resto de seres humanos. Un colectivo que muestra su forma de ser en la manera de comportarse al volante, o al menos eso es lo que afirman estos profesionales, pues han querido medir la grosería y el dinero de cada persona en función de sus aptitudes al volante, así como el precio del coche que conducen.

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Los factores que han tenido en cuenta han sido el modelo de coche, apariencia del mismo y los años de antigüedad según la matrícula. El responsable del estudio, Paul Piff, profesor Asistente de Psicología y Comportamiento Social, se reunió con un colega suyo en las cercanías de un cruce de caminos en la ciudad de San Francisco con el objetivo de espiar a los conductores que transitaban por la zona.

El propio Piff afirma que los conductores de coches caros y nuevos se sienten más importantes.

Fue entonces cuando empezaron a observar cosas curiosas que después han sido plasmadas en el ordenador y se han analizado obteniendo unos resultados llamativos. Lo primero que han descubierto es que los propietarios de vehículos más convencionales infringían las normas un 10% de las veces, mientras que aquellos que conducían modelos más lujosos, no solo no cumplían con las normas sino que aumentaron ese porcentaje hasta el 30%.

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Otro de los detalles llamativos y alarmantes de este estudio se centra en los pasos de peatones y en la medida en que los conductores respetan a las personas que lo utilizan. Todos aquellos que conducían modelos menos elegantes o más viejos tenían mayor probabilidad de respetar las normas, deteniéndose para dejar pasar al peatón. Sin embargo, quienes circulaban con coches más elegantes, ignoraron a los peatones alrededor del 45% de las veces.

Tras estos resultados, el propio Piff afirma que los conductores de coches caros y nuevos se sienten más importantes, dando mayor relevancia a su destino y despreocupándose de los demás, ya sean vehículos o peatones.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta