Cuando alguien decide preparar un motor para la competición sabe que está corriendo grandes riesgos y que más pronto que tarde terminará por suceder lo peor. Pensad que estamos hablando de bloques que alcanzan niveles de potencia exagerados con un nivel de estrés mecánico que sobrepasa los límites debido a las enormes presiones y altísimas temperaturas que se alcanzan en la cámara de combustión.

Vehicle, Transport, Car, Mode of transport, Luxury vehicle, Personal luxury car, Hood, Stunt performer, Executive car, Compact car, pinterest

Uno de los sitios más seguros para poner a prueba un motor de este tipo son los habituales bancos de prueba que habréis visto en multitud de ocasiones. En unas condiciones que intentan parecerse en lo máximo a la realidad y en un entorno seguro donde se toman todo tipo de precauciones, estos propulsores dan lo mejor de sí por unos minutos. Sin embargo, como cualquier otro mecanismo, los motores tienen un límite y pueden suceder cosas como esta.

Lo que tenemos en escena es un propulsor diésel Cummins provisto de tres turbocompresores de gran tamaño y una serie de modificaciones que permiten a este propulsor superar con facilidad los 2.000 caballos. El problema surge cuando la presión de los turbos se eleva por encima de los límites y el motor tiene gran riesgo de romperse, como así ha sido.

Engine, Auto part, Automotive engine part, Aircraft engine, Machine, Factory, Carburetor, pinterest

Los 10 bares de presión a los que se vio sometido este propulsor V8 construido por D&J Precision Machine y Firepunk Diesel han sido demasiados y el resultado es una terrible explosión de todo el bloque motor que ha arrasado completamente con todos los elementos del mismo. Afortunadamente, todo ha ocurrido en un entorno controlado y nadie ha resultado herido.

youtubeView full post on Youtube

Headshot of Borja Díaz
Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta