Estamos en Lufkin, una ciudad del condado de Angelina en Texas, Estados Unidos donde los agentes acaban de detener a una mujer de mediana edad sobre la que pesan varios cargos relacionados con las drogas. Por supuesto, su arresto no había sido sencillo pues se dio a la fuga nada más ver a los agentes quienes se vieron obligados a inmovilizarla.

Ya esposada, los policías subieron a la supuesta delincuente a la parte trasera de su coche, un Chevrolet Tahoe. Con lo que no contaban los agentes era con la habilidad de esta mujer, que logró soltarse una de las esposas, saltó hacia el puesto de conducción y salió huyendo con el Chevy a toda velocidad por las carreteras del condado.

Los agentes dieron aviso por radio y pronto se inició una trepidante persecución policial con la detenida huyendo en uno de los coches patrullas. Sólo la fortuna y el buen hacer de las fuerzas y cuerpos de seguridad de Texas lograron que la historia tuviera un final feliz. Como suele decirse en estos casos lo importante es que “nadie resultó herido”, aunque los agentes que realizaron el primer arresto pidieron disculpas por lo sucedido y aseguraron que "no volverá a ocurrir".

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