Definitivamente las apariencias engañan. Lo que aparentemente puede resultar silencioso, respetuoso con el medio ambiente o económico como una mecánica híbrida implementada en un Prius, puede sorprender a la mayoría por ser de todo menos lo anteriormente citado.

Es el caso de este Toyota Prius, o lo que queda de él. Los chicos de American Racing Headers afincados en Nueva York, Estados Unidos, han tenido la disparatada y extravagante idea de sustituir la mecánica de origen del modelo japonés por nada más y nada menos que el propulsor del Dodge Challenger Hellcat.

Land vehicle, Vehicle, Car, Motor vehicle, Hood, Muscle car, Automotive design, Performance car, Custom car, Wheel, pinterest

Sin duda, un gran desafío dada la diferencia de tamaño entre ambos motores y el tipo de tracción que emplea cada coche, sin olvidar los grandes esfuerzos que tiene que soportar el chasis.

Para ello, ARH ha modificado prácticamente todo el conjunto del coche, incluyendo el motor, chasis, transmisión, neumáticos, diferencial, etc. Tan solo la carrocería exterior perdura del original modelo japonés.

Engine, Motor vehicle, Auto part, Vehicle, Machine, Automotive engine part, Automotive exterior, Car, pinterest

El motor de 1.8 litros con 100 caballos y ciclo Atkinson deja paso a un enorme V8 de 6.2 litros con una potencia de 707 caballos de origen. Decimos de origen porque como podéis imaginar estos chicos no se iban a conformar con ‘solo’ esa potencia. El resultado ha sido añadir un compresor volumétrico Whipple de 4.5 litros al V8, obteniendo de esta forma la asombrosa cifra de 1.000 caballos de potencia.

Para terminar, diremos que el chasis ha sido convenientemente modificado por uno tubular aprobado por la NHRA y la potencia se trasmite a las ruedas traseras mediante una caja de cambios de seis relaciones.

Headshot of Borja Díaz
Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta