Ofrece hasta siete plazas y un interior amplio y bien equipado. A pesar de su tamaño, se maneja con soltura en ciudad, ofrece una visibilidad muy buena en carretera y con este motor Diesel de 110 caballos presenta consumos dignos del mejor utilitario. Al menos sobre el papel así es el 5008, vámonos de excursión.


Conducción
Basado en la plataforma el Citroën C4 Grand Picasso (ver prueba), uno de los monovolúmenes con mayor vocación rutera del mercado, el Peugeot 5008 se beneficia de algunas de las cualidades de su primo de PSA como el buen equilibrio de suspensiones, que le permite cumplir en las zonas de montaña y, sobre todo, brindar un gran nivel de confort en carretera abierta, o la amplitud interior. En cambio, también hereda algunas limitaciones como la escasez de agilidad en las zonas reviradas, al menos si lo comparamos con los Ford S-Max (ver prueba) o Seat Altea XL, dos modelos realmente rápidos en el puerto de montaña a pesar de su peso y tamaño. Ahora bien, tampoco apreciamos las derivas ni los balanceos de la carrocería propios de un Fiat Multipla o un SsangYong Rodius, por ejemplo, por lo que, en definitiva, podríamos decir que es una buena opción intermedia.

En la misma línea, su motor 1.6 HDI de 110 caballos ofrece un rendimiento correcto aunque no brillante. Está repleto de par a medio régimen (240 Nm a 1.750 rpm es el máximo) y entrega la potencia de forma bastante progresiva, pero las relaciones del cambio son muy cortas en pro de obtener una respuesta enérgica a cualquier régimen y en detrimento de la velocidad punta. De este modo, reacciona bien al acelerador, incluso en marchas largas y cargado. Por eso quienes viajen respetando las normas del tráfico no echarán en falta más motor en ningún caso y sí lograrán rebajar notablemente los consumos en relación al 2.0 HDI de 150 caballos. El gasto medio oficial es de 5,1 litros/100 kilómetros, aunque lo normal es requerir 5,4 litros en un trayecto mixto cotidiano. En carretera, viajando más cargados, logramos mantenerlo entre los 6 y los 6,5 litros sin ningún esfuerzo. Esto, unido a los 60 litros de capacidad del depósito de combustible, procura una autonomía superior a los 800 kilómetros, ideal para un coche de estas características.

Por otro lado, este propulsor está asociado a un cambio manual pilotado CMP que ofrece dos modos de conducción ‘automático’ y ‘manual’ y que requiere -en cualquiera de los dos programas- cierto aprendizaje del conductor, quien debe de aprender a usar el acelerador como si se tratara de un cambio manual, ahuecando el acelerador al cambiar de marcha. Por lo demás, funciona como un cambio automático. En posición ‘A’ engrana una marcha más o menos, mientras que en ‘M’ sólo reduce marchas cuando es necesario. Lo más sencillo es manejar el cambio mediante las levas situadas tras el volante y dejar la palanca en posición ‘A’. También encontramos junto a la misma un botón ‘S’ -Sport- que estira al máximo cada velocidad y puede servirnos para salir de un apuro, nada más.


Seguridad
Generalmente, viajar en un monovolumen aparte de cómodo es seguro. Al menos si atendemos a los resultados que este tipo de vehículos nos acostumbra a obtener en las pruebas de Euroncap. El organismo europeo valora positivamente todo el equipamiento en materia de seguridad pasiva y activa que incorporan de serie estos modelos y el 5008 no es precisamente una excepción. Tanto el control de estabilidad como el de tracción, el ABS con repartidor de frenada o los cinturones traseros y delanteros de tres puntos con limitador de esfuerzo son de serie. También los airbag frontales, laterales y de cabeza están incluidos. El resultado final son 5 estrellas en el nuevo criterio de Euroncap -algo más exigente- y unas puntuaciones prácticamente calcadas a las del Renault Grand Scénic que es, de momento, la referencia de la categoría en materia de seguridad, 6 puntos por encima en el cómputo global sobre el 5008. En cualquier caso, un resultado formidable.


Confort
De todos modos, queda claro que el 5008 dista mucho de ser un coche ‘sport’. Sin duda, dinámicamente es muy superior al 807, el más grande de la familia, mientras que en su habitáculo viajamos con una amplitud muy similar, y ésta es una de sus principales ventajas. El espacio para cinco pasajeros es óptimo y sólo si lo configuramos para 7, los dos que viajen en la tercera fila echarán en falta una mayor altura. Además, la capacidad del maletero sólo es brillante cuando prescindimos de esta tercera fila de asientos. Nada menos que 579 litros, ampliables a 1.754 con la segunda fila de asientos plegada, mucho más capaz que un Altea XL aunque algo menos que el Ford S-Max.

La postura, tanto del conductor como de los acompañantes, es muy acertada, los asientos recogen poco el cuerpo -como en la mayoría de coches de este tipo- pero resultan cómodos por amplios. La visibilidad está garantizada por una posición elevada, un parabrisas de gran tamaño y hasta cuatro espejos retrovisores, si contamos el de vigilancia de las plazas traseras. El resto del habitáculo está bien presentado, la calidad general de los materiales con los que está realizado es buena y el equipamiento muy completo, como se puede ver en el apartado ‘presupuesto’ de esta prueba. Sin embargo, llaman la atención algunos desajustes que desmerecen el conjunto, así como la alejada disposición de algunos manos que en el Citroën quedaban muy a mano y que han sido recolocados en este Peugeot debido al mueble central que separa las dos plazas delanteras y da cabida a la palanca del cambio. Una solución que no convence en absoluto puesto que resta espacio y posibilidades a un coche que debe de ser práctico. Por ejemplo, en este hueco el C4 Picasso ofrece la posibilidad de incluir una nevera en la que caben dos botellas de litro, mientras que en el 5008 nos encontramos un escondido tirador de freno de estacionamiento eléctrico, una toma de corriente y -opcionalmente- el accionado del techo panorámico.


Valor de compra
El Peugeot 5008 1.6 HDI CMP en acabado Premium tiene un precio oficial de 24.100 euros, más que ajustado si tenemos en cuenta las posibilidades que ofrece un coche de sus características, el largo recorrido de su motor Diesel de 110 caballos y sobre todo su nivel de equipamiento. De serie incluye: asistente de arranque en cuesta, sensor de aparcamiento trasero con indicador sonoro y visual, faros antiniebla, control de velocidad crucero, retrovisores eléctricos y climatizados -aunque no plegables- climatizador bi-zona, encendido automático de luces, sensor de lluvia, freno de estacionamiento eléctrico y automático o llantas de aleación de 16 pulgadas (neumáticos 215/55 R16). Por lo que el comprador sólo encarecerá el precio base con la pintura metalizada: de 400 a 480 euros dependiendo del color elegido, así como con la tercera fila de asientos: 600 euros, y sólo echarán en falta los faros de xenón o los asientos de cuero eléctricos y calefactables, extras que esta versión ‘Premium’, paradójicamente, no puede llevar. A pesar de su nombre, hay un acabado más caro, ‘Sport Pack’, que sí añade este tipo de extras, para los clientes más exquisitos.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.