El último SUV en incorporarse a la gama de la marca del óvalo en Europa fue este Ford Edge. Lo hizo en el año 2016, tras llevar un tiempo vendiéndose en Estados Unidos, motivo por el cual tuvo que adaptar sus motorizaciones, suspensiones y equipamiento a nuestro mercado. Superada esta primera prueba, llega la hora de la verdad para este modelo, un verdadero 4x4 de 4,80 metros de largo y un precio de salida –hasta ahora– superior a los 40.000 euros, que quiere ganar cuota de mercado con una nueva gama.
El Ford Edge 2019 no presenta los cambios estéticos que esperábamos, pero sí se diferencia del anterior gracias a los cuatro niveles de acabado que ofrece ahora y que modifican su estética por completo. Nos referimos a los Trend, Titanium, ST-Line y Vignale, estos dos últimos destinados a enfatizar su deportividad y elegancia, respectivamente. Además, en el interior nos encontramos con un cuadro de mandos digital configurable, asientos calefactados y ventilados, volante con calefacción y una gran carga tecnológica.
En este aspecto, el del equipamiento tecnológico, destacan elementos de asistencia al conductor como el control de crucero adaptativo con Stop & Go con mantenimiento de carril y alerta de tráfico cruzado; o el freno precolisión y asistente de maniobra evasiva. De esta forma, el renovado Edge es capaz de evitar accidentes y también de minimizar los daños en caso de que estos se produzcan. De igual forma, en materia de comunicación, incluye el módem integrado FordPass Connect y el sistema SYNC 3 de conectividad, perfecto para conectar un smartphone para el que se incluye también un cargador inalámbrico y un sistema de sonido Bang & Olufsen con 1.000 vatios de potencia.
Construido sobre la plataforma CD4, las medidas del Ford Edge establecidas en 4,80 metros de largo por 1,93 de ancho y 1,68 de alto, de modo que no han sufrido modificaciones. Los cambios serán más significativos los encontramos en la nueva caja de cambios automática de 8 velocidades sustituirá a la actual de 6, además de una revisión de sus propulsores gasolina –en Estados Unidos– y diésel en Europa. El 2.0 TDCI, hasta ahora disponible con 180 y 210 caballos, pasa a denominarse 2.0 EcoBlue y a estar disponible en tres variantes de 150, 190 y 238 caballos, esta última gracias a un sistema biturbo de sobrealimentación.
En su versión de 150 caballos con cambio automático y tracción delantera, el Edge resulta más eficiente que nunca, declarando un gasto medio de 5,8 litros a los 100 km y unas emisiones de CO2 de 153 g/km; mientras que el biturbo de 238 CV con la misma transmisión pero tracción total se conforma con 6,7 litros a los 100 km y unas emisiones de CO2 de 175 gr/km. La clave es que la nueva tracción 4x4 es inteligente y sólo envía el par motor a las ruedas del eje trasero cuando el estilo de conducción o las condiciones de adherencia así lo requieren, algo que es capaz de gestionar en sólo 10 milisegundos.
En estos momentos, los SUV de Ford ya suponen más de una quinta parte de las ventas de la marca en nuestro continente y acumulan un crecimiento del 19% en lo que va de año. En el caso del Edge, se han despachado más de 34.000 unidades en toda Europa en sus dos primeros años de vida aunque es ahora, con esta nueva gama, cuando la marca espera elevar considerablemente esas cifras. Estará en los concesionarios españoles a principios de 2019 y con un precio más tentador que nunca aunque todavía, desconocido.
Ford Kuga 2020: SUV e híbrido por partida triple
Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta
