Según la revista Autocar, la puesta a punto del sustituto del Bugatti Veyron está suponiendo todo un quebradero de cabeza para sus desarrolladores. El nuevo modelo tendría unas prestaciones tan brutales que sería casi imposible llegar a su límite, y es que aunque alcance los 460 kilómetros por hora pretendidos por la marca, el problema sería demostrarlos.

El Veyron de 2005 ya presentó multitud de dificultades antes de su lanzamiento, que se vio retrasado varios años hasta que sus ingenieros lo tuvieron listo. La versión inicia entregaba 1.001 caballos de potencia, que luego subieron hasta 1.200 para convertirse en el coche matriculable más rápido sobre la tierra.

Su sustituto elevará la potencia del W16 de 16 litros a por lo menos 1.500 caballos, que serían posibles gracias a importantes mejoras y a la hibridación. Con semejante propulsor, el nuevo Veyron previsto para 2016 conseguiría acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en poco más de dos segundos, aunque habrá que ver si puede demostrar sus prestaciones al completo.