El Mercedes A45 AMG de 360 caballos acelera de 0 a 100 kilómetros/hora en 4,6 segundos, los mismos que necesita un Audi R8 4.2 de 430 caballos. Si esta comparación no te resulta llamativa, debes saber que el nuevo misil de Affalterbach bate a otros ilustres de renombre como al Aston Martin Vantage 4.7 de 426 caballos –4,9 segundos–, al Bentley Continental GT V8 de 507 caballos –4,8 segundos– y al Maserati GranTurismo Sport Cambiocorsa de 460 caballos –4,7 segundos–. Además, lo hace a un precio, de media, 100.000 euros inferior a todos ellos, por lo que el compacto alemán se sitúa por méritos propios en la órbita de los vehículos hiperespaciales más deseados del momento. Aunque en este particular viaje estratosférico no está solo ya que le persiguen, muy de cerca, el Audi S3 Sportback –300 caballos– y el BMW M135i –320 caballos–. Pero, ¿bastará el motor retocado por AMG y bautizado como el cuatro cilindros de serie más potente del mundo para dejarlos atrás?

SALTAN CHISPAS
En Mercedes han apostado por ‘apretar’ el bloque mediante el uso de un turbocompresor de doble entrada, fórmula diferente a la que ha utilizado Audi en el S3 Sportback con su conocido 2.0 TFSI, también de cuatro cilindros (300 caballos). En el caso de BMW, los puristas encontrarán mayor distinción en sus seis cilindros en línea y 320 caballos que se ocultan bajo su alargado capó, que transmiten la ‘artillería’ a las ruedas posteriores, si bien nuestra unidad de pruebas equipa la tracción integral xDrive y el cambio automático de ocho velocidades, dos elementos que son de serie en este Clase A vitaminado.

Acomodados en el asiento Recaro del A45 AMG, que simula a la perfección un bacquet, iniciamos la marcha. Los primeros kilómetros nos adelantan que este Clase A no está hecho para pasar desapercibido, con una carga extra de decibelios percebibles desde el interior y el exterior, por no hablar de las ‘ansias’ por ‘salir escopetado’ con cada caricia al acelerador.

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Y es que con la relación peso potencia más baja del grupo –4,3 kilogramos/caballo, frente a los 4,7 del BMW y los 5,0 del Audi– el Mercedes se distancia de sus rivales en toda circunstancia. Es difícil que alguien le siga: el cambio AMG SpeedShift DCT de siete velocidades es muy rápido –el S Tronic del Audi lo es más– y el reparto de par que hace el 4Matic es instantáneo entre las ruedas delanteras y traseras. Si bien a bajas vueltas, el motor peca de una falta de respuesta notoria, que se difumina por encima de las 2.500 revoluciones. Este ‘vacío’ en las salidas no es tan preocupante en el M135i y en el S3 Sportback, más brillantes desde abajo.

El motor del A45 AMG arroja 180 caballos por litro de cilindrada; una brutalidad

En aceleración pura, el BMW se pega a la zaga del AMG mientras que en curvas, es el Audi el que se echa encima debido a la mayor efectividad de la tracción integral quattro, que emplea un embrague multidisco.

CAMBIO DE TERCIO
La electrónica se convierte en un gran aliado en estos tres automóviles al modificar la asistencia de la dirección o la respuesta del acelerador a través de los programas dinámicos de conducción. Una vez seleccionado el modo Sport del Mercedes, debemos prepararnos para las brusquedades ya que saca a relucir la ‘mala leche’ contenida tanto en las respuestas como en los cambios de marcha, acompañado de una rumorosidad más bronca procedente del escape.

Mucho más extremo es el Sport+ del BMW, que limita la actuación de los controles, así que debemos estar muy seguros de lo que queremos hacer para evitar sustos de última hora, aunque en esta ocasión contramos con la vigilancia continua del xDrive. La modalidad Sport en éste es agresiva pero sin llegar a tanto radicalismo.
Por su parte, el programa Dynamic del Audi es el más ‘dulce’, aunque endurece de forma notoria la asistencia del volante y estira más las revoluciones gracias al magnífico cambio S Tronic.

Tampoco está demás prestar atención a los modos eficientes que también montan, ya que entre las virtudes de este trío no está el ahorro de gasolina, con consumos reales que oscilan entre los ocho y los 10 litros a los 100, eso sin ser muy fogosos. El modo Eco del S3 Sportback es el que alarga mejor la autonomía al realizar cambios de marchas a 2.000 vueltas –2.500 en BMW y Mercedes–. Además, cuenta con otro prodigio técnico como es la navegación a vela, desembragando y aprovechando la inercia cuando llaneamos o la carretera tiene desnivel favorable.

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¿CAROS O BARATOS?
Si te gusta el A45 AMG de las imágenes, prepara otros 13.000 euros a los casi 55.000 euros de base –lo que cuesta un Seat Ibiza 1.6 TDI– en extras como el volante rematado en cuero y Alcántara –800 euros–, el techo solar –1.300 euros– o el sistema multimedia –1.000 euros–. El S3 Sportback no se queda atrás con otros 13.000 euros adicionales en detalles como el audio firmado por Bang&Olufsen; –1.000 euros–, la cámara de marcha atrás –520 euros– o el asistente de aparcamiento –1.130 euros–. El BMW es el que más se aproxima a un vehículo de serie, aunque la mayor suma se destina en esta ocasión al xDrive y al cambio de ocho velocidades –4.500 euros–.

Aun con estos elevados sobrecostes, las sensaciones y las prestaciones que logran siguen siendo ‘baratas’ dada la cercanía con los ilustres que mencionamos al principio. ¿Verdad?
(Prueba extraída del número 219 de CAR and DRIVER)

Precio, equipamiento y ficha técnica del Audi S3 Sportback quattro 2.0 TFSI 300 caballos

Precio, equipamiento y ficha técnica del BMW M135i 5 puertas 3.0 320 caballos

Precio, equipamiento y ficha técnica del Mercedes A45 AMG 2.0 Turbo 4Matic 360 caballos